jueves, 31 de diciembre de 2009

Y repentinamente, desde esa puerta entornada, desde ese salón lleno de personas desconocidas, de voces lejanas y confusas, de libros antiguos, de cuadros pintados por el tiempo, oigo una risa. Su risa. La risa que he añorado, de la que he buscado, de ella, que ha sido mi sueño de mil noches. Babi. Babi. Babi... Babi está sentada en un sofá en medio del salón. Es el centro de atención, cuenta algo y se ríe, y todos se ríen. Mientras yo, solo, me quedo en silencio. Ése es el momento que tanto he esperado. ¿Cuántas veces en Estado Unidos, hurgando en los recuerdos, apartando momentos dolorosos, peñascos de desilusión, he llegado allí, al fondo,hasta encontrar esa sonrisa? Y que era mío, sólo mío. Y repentinamente me veo corriendo a travésde un laberinto hecho de momentos: nuestro primer encuentro, el primer beso, nuestra primera vez... La explosión enloquecida DE MI AMOR POR TI. Y en un instante recuerdo todo lo que no he podido decirte, todo lo que hubiera querido que supieras, la belleza de mi amor. Eso es lo que hubiera querido mostrarte. Yo, simple cortesano admitido en tu corte, arrodillado delante de tu simple sonrisa, frente a la grandeza de tu reino, hubiera querido mostrarte el mío. Sobre una bandeja de plata, abriendo los brazos en una reverencia infinita, mostrándote mi regalo,LO QUE SENTÍA POR TI: UN AMOR SIN LÍMITES. Aquí tienes, mi señora, ¿ves?, todo esto es tuyo. Sólo tuyo. Más alla del mar y en el fondo, allí abajo, más allá del horizonte. Y aún más, Babi, más allá del cielo y más allá de las estrellas y aún más, más allá de la luna y más allá de lo que se esconde. Eso es, éste es el amor que siento por ti. Y aún más. Porque esto es sólo lo que podemos saber. TE AMO POR ENCIMA DE TODO AQUELLO QUE NO PODEMOS VER, POR ENCIMA DE LO QUE NO PODEMOS CONOCER. Ya está, eso es quizá lo que tambien hubiera querido decirte. Pero no puede. No pude decirte nada que tuvieras ganas de escuchar. ¿Y ahora? ¿qué podría decirle ahora a esa chica que está sentada en el sofá? ¿A quién puedo mostrarle lasmaravillas de ese gran imperio que le perteneceían? Te miro y ya no estás. ¿Dónde te has metido?¿Dónde está esa sonrisa que me convertía en náufrago de certezas, pero tan seguro de felicidad? Querría escapar pero no hay tiempo, ya no hay tiempo. Aquí estás. Babi se vuelve lentamente hacia mí.


[............]



Y se ríe. Y yo sólo percibo su perfume: Caronne. Y al miro. Al menos en eso no ha cambiado.Y querría decirle: <<¿Y quién ha ocupado mi sitio?>>. Mi sitio. Ya. <<¿Por qué pensabas que tenías uno?>>, podría contestarme. Entonces me quedo callado, me quedo en silencio. La miro mientras continúa con ese extraño baile de presentaciones. Ella, hábil cortesana, dama impecable de ésa, su alta sociedad, de su corte dorada. Y baila, y se ríe y echa hacia atrás la cabeza y cascadas de pelo y perfume y de nuevo su risa. Y otra vez... Otra vez tú. Pero no teníamos que volver a vernos... Y siento todo mi dolor. Lo que no sé, lo que no he vivido, lo que ahora me falta. PARA SIEMPRE. ¿Cuántos brazos han estrechado para convertirte en lo que eres? Cuánta razón tienes. Qué cierto és. Qué importa. Al fin y al cabo, ella no me lo dirá, por desgracia. Por eso me quedo en silencio. Y la miro. Pero no la encuentro.Entonces voy a buscar esa película en blanco y negro que ha durado dos años. Toda una vida. Esas noches pasadas en el sofá. Lejos. Sin conseguir darme una explicación.Arañándome las mejillas, pidiendo ayuda alas estrellas. Fuera, en el balcón, fumando un cigarrillo. Siguiendo después ese humo hacia el cielo, arriba, más arriba, más arriba, más aún... Allí, donde precisamente habíamos estado nosotros(A tres metros sobre el cielo). Cuántas veces he nadado en ese mar nocturno, me he perdido en ese cieloazul, llevado por los efluvios del alcohol, por la esperanza de encontrarla otra vez. Arriba y abajo, sin tregua. Por Hydra, Perseo, Andrómeda... Y abajo, hasta llegar a Casiopea. La primera estrella a la derecha y después todo recto, hasta la mañana. Y otras muchas. Y a todas preguntaba: <<¿La habéis visto? Por favor... Ha perdido mi estrella. Mi isla, que no existe. ¿Dónde estará ahora? ¿Qué estará haciendo? ¿Con quién?>>. Y ami alrededor, ese silencio de esas estrellas entrometidas. El ruido molesto de mis lágrimas agotadas. Y yo, estúpido, buscando y esperando encontrar una repsuesta. Dadme un porqué, un simple porqué, cualquier porqué. Pero qué idiota. Ya se sabe. CUANDO UN AMOR SE ACABA DE PUEDE ENCONTRAR DE TODO, EXCEPTO UN PORQUÉ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario